El sector textil destruyó 1.100 puestos de trabajo en Galicia desde que empezó el año
15.11.2009UGT exige a la Xunta que condicione las ayudas a la creación de empleo en la comunidad. Las centrales advierten de que las cifras de la patronal esconden el drama de los pequeños talleres de confección
El sector textil gallego hace aguas en medio de la tormenta. Al menos 1.089 trabajadores de la industria de la confección han perdido su empleo en lo que va de año, una sangría que empezó en 2005, con la entrada de China en la Organización Mundial de Comercio (OMC) y que continuará durante los próximos meses, según los tres sindicatos con representación en empresas del sector. Tras el ERE de la lalinense Montoto -que prevé el despido de 111 trabajadores, 102 de ellos, en Galicia- y el conflicto laboral generado en Toypes, cuya plantilla se teme un cierre tras cinco meses sin cobrar y una venta casi secreta, sindicatos y empresarios no dudan de que la cifra aumente de forma considerable antes de fin de año e incluso supere el récord de 2008, cuando el sector eliminó 1.648 puestos de trabajo, según datos de la Confederación de Industrias Textiles de Galicia (Cointega).
Comisiones Obreras, UGT y Confederación Intersindical Galega (CIG) coinciden en rechazar los cálculos de Cointega, que esta semana aseguró que desde enero se han perdido 500 empleos como consecuencia de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y extinciones de contrato por causas objetivas. Las centrales hacen números y advierten de que el número real de empleos perdidos duplica al menos las cifras de la patronal. Un recorrido por los últimos conflictos conocidos por la CIG deja a la luz sin embargo un millar de empleos desaparecidos.
Caramelo, 237. El grupo textil coruñés Caramelo batió el récord en destrucción de empleo en el sector cuando a principios de agosto pasado logró que la Xunta autorizase un ERE para 237 trabajadores, toda su cadena de producción, para deslocalizar la fabricación de prendas a China y Turquía. La empresa, en manos de la corporación Inveravante que preside el fundador de Fadesa, Manuel Jove, cerró 2008 con 80 empleados menos; los mismos que secundaron el plan de bajas incentivadas propuesto inicialmente por la empresa como una medida voluntaria.
Prevent Vigo, 170. La multinacional eslovena cerró su planta viguesa, dedicada a la fabricación de fundas para los asientos de los vehículos que Citroën fabrica en Balaídos, echó el cierre el 31 de enero pasado y trasladó su producción a Bosnia. Los 170 trabajadores, el 90% mujeres de en torno a 30 años, se quedaron sin empleo tras un ERE que puso fin a los ocho años de historia de la planta viguesa.
Trèves, 180. El pasado viernes los sindicatos, la Xunta y la dirección de la multinacional francesa que fabrica componentes textiles para el interior de automóviles, llegaron a un acuerdo para despedir a los 133 empleados de la nave de Salcedo (Pontevedra), que cerrará sus puertas a finales de año. El acuerdo pone fin a un conflicto que duró cuatro meses. La empresa ya había despedido a otras 35 personas en meses anteriores y ejecutado ERE temporales para salir de la crisis que sin embargo le obligará a cerrar una de las dos naves que tiene en las proximidades de Pontevedra.
Garevol, 86. La empresa creada en 1997 por varias entidades de representación de discapacitados para la fabricación de componentes textiles de la automoción echa el cierre este mes con un ERE de extinción para sus 86 trabajadores, con quienes llegó a un acuerdo tras decidir la clausura de la actividad en el municipio pontevedrés de Mos. La mayoría de los empleados tiene alguna discapacidad, y ya se vieron afectados por un ERE de suspensión de seis meses de duración que concluyó en octubre pasado. A principios de año protagonizaron movilizaciones por retraso en el pago de nóminas.
Selmark, 50 eventuales. Del mismo modo que la patronal no cuenta como empleados del textil a los trabajadores de las empresas auxiliares de la automoción, cuya actividad está sin embargo regulada en el convenio colectivo del textil, tampoco consideran destrucción de empleo los puestos de trabajo eventuales que sin embargo sí contabilizan en sus cálculos los sindicatos. Es el caso de Selmark, la empresa pontevedresa líder nacional en lencería pontevedresa que ejecutó a principios de año un ERE temporal para 57 empleados. A éstos se une la auxiliar de Selmark, Industrias Kamay, que según la CIG eliminó 18 puestos de trabajo.
Montoto, 102. La empresa lalinense acaba de negociar con la plantilla un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para 111 trabajadores, 102 de ellos, en Galicia, tras casi un año en suspensión de pagos. Aunque el expediente está todavía en trámite, tanto la plantilla como la empresa dan por hecho que la regulación laboral saldrá adelante, dado que hasta el juez de lo Mercantil que instruye el proceso concursal de la empresa adelantó que sería aceptado.
Toypes, 20. Los trabajadores de la compañía lalinense se enfrentan a la incertidumbre que ha provocado la noticia de la venta de Toypes a una empresa de capital riesgo con sedes en Madrid y Barcelona. La supuesta venta de la que los sindicatos no conocen exactamente los detalles se produce en medio de un conflicto laboral generado por el impago de las últimas cuatro nóminas. Antes de llegar a esta situación, en la que los empleados no descartan nuevas restricciones de empleo, Toypes se deshizo de 20 trabajadores después de aprobar un ERE temporal. Ya en 2006 había reducido su plantilla en otras 30 personas.
Galicia textil, 20. Como Toypes, primero aprobó un ERE de suspensión temporal para luego reducir su plantilla en 20 personas. La firma tiene su sede en el municipio ferrolano de Neda.
Para el responsable de la federación de Industrias Afines de UGT, Juan Fernández García, los puestos de trabajo destruidos en Galicia en el textil alcanzan los 5.000 desde septiembre de 2008. Une a las cifras oficiales las de los cientos de talleres distribuidos por la geografía gallega -en comarcas como Ordes, Bergantiños o Arteixo- a las que las grandes empresas del textil están "haciendo pagar la crisis". "La bajada de ventas se produce en todas partes, pero sólo reducen el empleo aquí. El textil gallego debería apostar por la calidad y la especialización, crear un producto de alto valor añadido porque los italianos no son mejores que nosotros", defiende Fernández, quien recuerda que las grandes marcas abrieron muchos mercados internacionales "con ayudas de la Xunta". "El dinero público debería estar condicionado a crear trabajo aquí, para hacer un producto algo más caro, pero mejor", insiste.
